Villa sostenible en corten, vidrio y madera. Una casa para vivir en contacto con los ritmos de la naturaleza

El proyecto comenzó como una reestructuración de un rancho de 1954 al pie de una colina. La estructura y el terreno resultaron entonces inapropiados y a partir de aquí la dirección del proyecto cambió, decidiendo reconstruir la casa casi por completo.  La única parte sobreviviente de la estructura original es la chimenea que fue cubierta con concreto y usada como soporte estructural

La entrada de la casa de 3.725 metros cuadrados está al norte, donde una pasarela de chapa de acero cubierta conduce a la puerta principal. En el interior, grandes ventanas aseguran la continuidad visual con el paisaje. Un muro de cristal retráctil de 3,6 metros de altura se abre a un patio y al jardín adyacente

La elección de materiales como la madera y el corten nació de la necesidad de tener un coste de mantenimiento cero y de reducir la complejidad en los detalles y los costes de mano de obra permitiendo reasignar una mayor parte del presupuesto para los sistemas mecánicos y de aislamiento

El olor del roble y su sensación bajo los pies construye una conexión multisensorial con el paisaje circundante creando un entorno construido relajado y pacífico que permite que los sentidos se centren en el entorno natural

Los clientes exigieron una gran atención a la sostenibilidad: el aislamiento y la eficiencia del vidrio reducen las cargas de calefacción y refrigeración. Un sistema de calefacción con bomba de calor y un sistema fotovoltaico de 8,1 kW proporcionan energía renovable en el lugar. El agua tampoco se desperdicia nunca, a través de la recolección de agua de lluvia y los sistemas de reciclaje de aguas grises para la irrigación